En SDLI nos gusta defender un nuevo modelo de gestión de empresas que quizás pueda resultar contraintuitiva para muchos. Y es que, en plena revolución tecnológica (en que como humanidad afrontamos el momento de la “singularidad”), vamos hacia un modelo de empresa que rompe con la estructura organizativa de la era industrial: la que llamamos “empresa humanista”. Un modelo que se basa en la tecnología, sí, pero para impulsar el potencial creativo de las personas, quienes las harán realmente diferentes y especiales a la vista de los consumidores y usuarios.
Llevamos unos cuantos años viviendo una profunda transformación de nuestro entorno de trabajo, a través de la constante incorporación de la tecnología en todo lo que hacemos: correos electrónicos que nunca acabamos de leer; grupos corporativos de mensajería instantánea (WhatsApp, Slack, etc.) que cortan con su ruido silencioso nuestra concentración; herramientas digitales para gestionar nuestras tareas diarias, como la gestión del tiempo, o la gestión de tareas en proyectos, redes sociales corporativas, etc.
Una vez madurada la obligatoriedad de la transformación digital del trabajo y los negocios, nos toca ahora hacer frente a la siguiente ola dominada por la robotización, la automatización, el big data, el Internet of Things, y la Inteligencia Artificial. Por todo ello, es lógico hablar del futuro del trabajo como un lugar más dominado por la tecnología, en el que los puestos de trabajo menos cualificados serán cuestionados de manera constante.
Amazon se encuentra en el centro de esta ola de la automatización y la robotización: una compañía que emplea a cientos de miles de empleados y que lleva más de un lustro invirtiendo en tecnologías para la automatización de todos sus almacenes y centros de distribución. En efecto, desde la adquisición en 2012 de Kiva Systems por 775 millones de USD, Amazon dispone a día de hoy de más de 200.000 robots móviles en toda su red global de almacenes. ¿Con qué impacto? Mejores condiciones de los trabajadores en los almacenes (ya no deben andar más de 15km al día), y mayor productividad. Aunque también más estrés, y en algunos almacenes, más lesiones debido a nuevos trabajos derivados de la colaboración con los robots. Puedes investigar más en este post sobre la automatización de Amazon en Recode.
Se dibuja así un futuro en el que, pasado el momento de la singularidad (cuando las máquinas superen a los humanos en capacidades intelectuales y haya menos puestos para “humanos”) se abordan debates sobre lo que llamamos futuro transhumanista, la renta universal y aplicar impuestos a los robots.
Pero hoy, adentrándonos ya en la segunda década del siglo, voy a compartir algunas tendencias del futuro del trabajo que nada tienen que ver con el debate hombre vs robot, el apocalipsis, o la distopia tecnológica. Se trata de tendencias contraintuitivas sobre el futuro del trabajo, con la mirada puesta en 2030, y que tienden hacia la generación de entornos de trabajo más humanizados. Esta es la empresa humanista, una organización que busca impulsar el potencial creativo de las personas en la era de la ubicuidad tecnológica, la única forma futura posible para las empresas.
Si te sorprende alguna de estas tendencias (que ya hemos observado), y te inspiran para realizar algún cambio en tu empresa, ¡este post ya habrá valido la pena!
En esta tendencia, aumenta la demanda de profesionales con nuevas habilidades relacionadas con la parte más humana: creatividad, empatía, colaboración, etc. Se busca la característica que hace únicas a las personas, aquella que no se encuentra en un algoritmo. Durante los próximos años, la ejecución y la toma de decisiones lógicas se atribuirán a las máquinas, mientras las decisiones complejas la realizarán las personas a través de su creatividad y empatía.
Cada vez, las empresas pedirán mayor talento con background humanístico, a diferencia de los últimos años. En un entorno en el que la tecnología puede modificar la vida y el futuro de sociedades enteras (con un impacto nunca visto), será necesario contar con perfiles profesionales formados en ética para la toma de decisiones, con valores humanísticos, con una visión antropológica de los negocios, etc.
En la Sociedad de la Innovación, las decisiones humanas serán aquellas más complejas. Para resolver el tipo de problemas que se plantean en entornos VUCA, más allá de las máquinas o de los grandes expertos, necesitaremos disponer de distintas perspectivas. En este sentido, empezaremos a ver personas jóvenes en comités de dirección, la incorporación de personas jubiladas, o la creación de redes de talento externo para resolver problemas complejos. La diversidad en la empresa es una tendencia inevitable.
La salud integral del trabajador es clave para asegurar su máximo rendimiento en un entorno constantemente estresante, lo que deriva en iniciativas que ya se están llevando a cabo como:
Las organizaciones ya no pueden permitirse trabajadores que no estén motivados. Todos los estudios sobre employee engagement demuestran que, más allá de un sueldo, los trabajadores buscan principalmente 3 cosas:
Seguro que recuerdas la pregunta “¿Trabajas para vivir o vives para trabajar?”. En la Sociedad de la Innovación, ha dejado de tener sentido. Los límites entre campos y sectores son cada vez más borrosos. También los límites entre el trabajo y el ocio. Somos lo que hacemos. Y una de las principales cosas que hacemos, es trabajar. Ahora la pregunta más pertinente es “¿Por qué debemos ser algo en lo profesional y otro distinto en lo personal?”. Las nuevas generaciones, especialmente con la llegada de los Centennials al liderazgo empresarial, naturalizarán su forma de ser en la empresa, rompiendo las barreras creadas en generaciones anteriores.
Por otro lado, es también natural que el trabajo pase a ser un canal de realización personal, esperando algo más que un sueldo de lo que hacemos en el trabajo. Y si llevamos este punto al extremo, el trabajo también puede llegar a convertirse en una forma de activismo social.
Como siempre que hablamos de tendencias y escenarios de futuro, es conveniente recordar que no existe un único futuro. Múltiples futuros conviven en paralelo. Y, de hecho, estas 7 tendencias convivirán con otras muchas tendencias relacionadas con el futuro del trabajo, que no estarán alineadas con un modelo de empresa humanista.
Por ejemplo, hablamos de tendencias con el menor nivel de contacto entre personas de una organización, la multiplicidad de carreras en paralelo, el incremento de la gig economy y el trabajo puntual por proyectos, más que la integración en organizaciones o equipos. Todas ellas son tendencias que, a mi parecer, no promueven el humanismo en la empresa, aunque quizás tampoco lo limitan. Sencillamente plantean un nuevo contexto. ¡Esperemos!
En realidad, lo importante del mensaje es que, como líder , puedes decidir qué futuro quieres crear en tu empresa. Puedes decidir qué tipo de organización quieres para la Sociedad de la Innovación: una que impulse el potencial creativo humano y el bienestar de las personas que la componen (empresa humanista), o una que se base únicamente en la eficiencia tecnológica como vector diferencial en tu mercado. Para seguir reflexionando, puedes inspirarte en el Liderazgo Renacentista. 🙂
Para ello, te recomiendo que investigues sobre nuestro método i-flow para crear organizaciones que impulsan el potencial creativo de las personas en la era de la revolución tecnológica, ¡por muchos robots más que vengan!
¡Tú decides!
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