El pasado viernes 15 de Julio organizamos junto con Aticco Ecosystem la jornada “Innovación y tecnología para crear entornos de trabajo más humanos” para explorar y compartir casos de éxito de startups y corporaciones que están liderando el cambio en cómo trabajamos.
Partimos de la pregunta ¿Puede la transformación digital ayudar a crear entornos de trabajo que impulsen el potencial creativo de las personas? Y empezamos a buscar respuestas en la intervención de Ignasi Clos sobre “La revolución del Trabajo: Tendencias y retos”
Claramente vivimos en un entorno que nos exige la innovación, todo cambia cada vez más rápido y para ser competitivos debemos ser capaces de innovar constantemente; eso en la mayoría de las organizaciones actuales choca con “El dilema del Innovador” que en SDLI os explicamos en este post.
Esa dualidad entre el negocio actual generador de beneficios que explotamos, y los posibles negocios futuros que exploramos es muchas veces un gran reto en las organizaciones, que sólo se puede abordar desde la construcción de cultura de empresa, por lo tanto, dependiendo de las personas y por ende del área de recursos humanos. Lo que nos lleva a los retos actuales del trabajo:
Automatización y polarización del empleo que supone que aumenten los puestos de alta cualificación que no pueden desempeñar máquinas y los de muy baja cualificación que resulta más barato que desempeñen personas.
Destrucción creativa del empleo, lo que supone que se destruyan los puestos actuales para crear nuevos puestos que todavía no conocemos.
Normalización de la IA, que supondrá en algunos casos una ayuda para desempeñar nuestro trabajo de manera colaborativa con la ia.
Economía digital = squads, que no supone el fin de las grandes organizaciones, pero si una apuesta por la agilidad, el trabajo en pequeños equipos conectados y el fomento de la autonomía.
Trabajo en red y plataformización, que suponen entender las organizaciones como comunidades en las que cada cual aporta sus capacidades y cada vez menos dentro de una estructura rígida.
Relaciones laborales volátiles y complejas, que es algo que se desprende de la anterior, y que supone el auge de los freelances trabajando para estructuras más grandes, los side projects, en definitiva, de la movilidad laboral.
Relaciones efímeras, fin de la seguridad en el trabajo, que ya no viene de una organización si no de la capacidad de empleabilidad.
Salud mental del trabajador en jaque, producida por este cambio de paradigma y muy extendido ya en los países occidentales.
Surge el Worktech, tecnología para la experiencia del trabajador, que sustituye al HRTech ya que integra trabajo y vida personal.
Terremoto creativo, que suponen que en un mundo que sobrestima la tecnología, los humanos somos muy necesarios.
Y concluye con los tres insights más importantes del sector
Responsabilidad distribuida
O es a tiempo real y relevante o no es
Integrada en nuestro flujo de trabajo, no como un añadido
Tras la presentación de Ignasi pudimos conocer casos en que eso se hace realidad con empresas que ya están cambiando la manera en que se trabaja: Emocional, HRider y Voltea como representantes de las startups y de Gebro Pharma y Bonaeura de las corporates.
Emocional está especializa en salud mental de los trabajadores, con una herramienta que permite combatir el síndrome del burnout, la sensación de agotamiento y el desapego al trabajo y de un mal desempeño, que lleva aparejados tanto síntomas emocionales como físicos, lo que provoca que más de 40 millones de trabajadores europeos lo sufran en mayor o menor medida.
La herramienta se integra con los sistemas de videoconferencia para evaluar la situación emocional de los trabajadores para poder aportar soluciones en a su posible burnout. Mientras que cada trabajador recibe los datos de su estado, que le permiten decidir si quiere asistir a terapia, esa información queda en su intimidad y recursos humanos solo recibe datos de equipo.
HRider nos presenta su solución de gestión ágil de feedback que integra herramientas capaces de ayudar a departamento de recursos humanos a ser un departamento más estratégico al ser capaces de tener más datos, más relevantes e inmediatos lo que permite tener un seguimiento de evaluaciones o de clima laboral casi día a día, con informes que permiten tomar decisiones más relevantes y lo que es más importante crear planes de acción y de mejora.
En Voltea nos explican cómo entornos colaborativos con trabajadores satisfechos y felices el rendimiento del trabajo mejora más del 12%; además en el entorno de la innovación abierta más del 80% de las ideas innovadoras de una empresa provienen de fuera de los departamentos de I+d. Voltea ayuda a que eso pase, es una solución SaaS con la que gestionar el proceso de innovación de una organización, crear una cultura de innovación a través de compartir conocimiento y por último a generar una comunidad que permita desarrollar el talento.
En el caso de las corporates, Gebro nos explica su mindset que supone entender que no venden fármacos, sino que mejoran la salud de la gente a través de conocimiento, con lo cual dependen totalmente de los skills de las personas que están en la organización. Hace cuatro años se movieron hacia la transformación digital, en principio en procesos más laterales para pasar en procesos más core en los últimos tiempos, resolviendo con ello “el dilema del innovador”.
Basan sus políticas sobre las personas en escuchar al empleado, personalizar su experiencia, en flexibilizar la organización del trabajo, lo que supone una organización más líquida con menos jerarquía, y por último en aplicar el human touch, esa aproximación a lo humano más allá de la digitalización.
En Bonarea nos dan la visión de una empresa muy ligada al sector primario, con una gran intensidad de trabajo con más de 4.700 trabajadores propios en una zona muy agrícola en la que Bonarea no sólo crea riqueza para la propia empresa sino para la sociedad a la que está muy vinculada. De esos trabajadores, 1.000 están en oficina y son los que tienen más acceso a lo que entendemos por digitalización; llegar al resto es un reto, aunque es básico ser sensibles a la realidad del trabajo de cada tipo de trabajador para conseguirlo.
Más tarde y durante la tertulia en formato fishbowl, en la que participaron tanto ponentes como público se empezó hablando sobre los espacios en que los trabajadores pueden participar de manera abierta, donde se genera engagement con la organización lo que permite que los trabajadores puedan crecer aportando en temas diferentes, más allá de las limitaciones de su puesto. Este tipo de inciciativas permite pasarlo bien saliendo del encorsetamiento de la oficina, con libertad para expresar ideas, etc. Eso se puede ligar a través del reconocimiento en feedback, en premios, etc pero para eso hace falta generar una cultura que va mucho más allá de la tecnología.
También se puso sobre la mesa lo que pasa cuando una idea innovadora falla, ¿cómo se gestiona desde las organizaciones? Lo que importa en esos procesos es que las personas se sientan valoradas, aunque su proyecto no se desarrolle, para que entiendan que las ideas pueden no salir adelante, pero se sienten felices de haber participado.
Por último, se trató el nuevo paradigma surgido en los últimos años que supone que las personas estemos más saturadas, las reuniones digitales aumentan la carga de trabajo, y eso puede eliminar la creatividad, a no ser que los trabajadores puedan poner ciertos límites y controlar sus tiempos para ganar momentos en que poder trabajar eso. En esos casos la excusa de “no hay tiempo” puede tener que ver mucho con el liderazgo, pero también con el trabajo personal, con el autoconocimiento que permite romper las inercias que tenemos todos.
Como cierre se presentó la comunidad Human WorkTech que une a profesionales de la gestión de personas con los de la innovación con organizaciones que apuesten por un futuro del trabajo más humano, en la que ya os podéis apuntar desde este link.