Las KIPP schools: las hemos visitado, nos han enamorado KIPP schools

Las KIPP schools: las hemos visitado, nos han enamorado

En 1994 nació el proyecto KIPP (Knowledge Is Power Program) con la misión de crear una experiencia educativa que ofreciera más oportunidades a las personas con una situación social y económica difícil en EEUU. Desde entonces, Mike Feinberg y Dave Levin lideran este proyecto de escuelas públicas que ha revolucionado la educación estadounidense.

Actualmente hay 183 escuelas KIPP en 20 estados americanos con un total de 70.000 estudiantes. El 86% de las familias se encuentran en riesgo de exclusión social, y un 96% son afroamericanos y latinos. En estos años de experiencia han conseguido que el 93% de los estudiantes finalicen la educación obligatoria, y que actualmente el 82% llegue a la universidad. Este milagro parte de unos principios que se convierten en los fundamentos y valores del proyecto, y que inspiran a todas sus comunidades.

Este verano tuvimos la suerte de visitar una de sus escuelas en Harlem, Nueva York, y queríamos compartir con vosotros nuestra experiencia.

La innovación no descansa en vacaciones. Yo en el Kipp de Harlem.
La innovación no descansa en vacaciones. Yo en el Kipp de Harlem.

Algunos de los pilares del proyecto KIPP:

  • Directores: han ser auténticos líderes. Personas que inspiren una visión compartida, que sepan motivar a los demás para ser cada día mejores. Han de ser un imán para el talento. Es decir, tienen que buscar, atraer y retener. Un buen director siempre querrá tener los mejores profesores. Y los mejores profesores siempre quieren trabajar con grandes direcciones.
  • Profesores: es la pieza clave. No puede haber educación significativa si no hay un gran educador motivado y con vocación. Algunos elementos a tener en cuenta:
    • Si el profesor no es feliz haciendo su trabajo, no hará que los estudiantes sean felices en el aula. Y eso no lo podemos permitir.
    • Si el profesor no cree que el 100% de sus estudiantes aprenderán y mejorarán, estos estudiantes no llegarán tan lejos como podrían. Se deben tener, siempre, altas expectativas. Si el profesor no cree en los estudiantes, los estudiantes no creerán en ellos mismos. Y eso tampoco lo podemos permitir.
    • Si el profesor no tiene habilidades humanas, inteligencia emocional, y focaliza todos sus esfuerzos en el contenido académico, no es un buen profesor. El clima emocional del aula, así como la experiencia humana de aprendizaje y los valores que ello supone, es tan importante o más que los contenidos académicos y el currículum.
    • Si el profesor no es emprendedor, curioso, proactivo, positivo, explorador y enérgico, ¿cómo podemos pedir que lo sean los alumnos? Los profesores son modelos, y los estudiantes aprenden en gran medida por imitación. Por tanto, los profesores deberán ser como quieren que sean sus estudiantes.
  • Estudiantes: son parte de un proyecto muy grande, y lo saben. Todos los estudiantes de las escuelas KIPP saben de memoria los valores globales del proyecto (work hard, be nice) y también los de su centro (en Harlem: entender, no rendirse nunca, imaginar, asumir riesgos y explorar). Los chicos y chicas KIPP saben que tienen por delante un reto, que será difícil. En ningún caso se les trata con misericordia o compasión, por el contrario, se les motiva para llegar a la universidad, y se les y dice que tendrán que poner mucho esfuerzo, y que tendrán que trabajar mucho. La dedicación e implicación del estudiante en su propio éxito es clave.
Recordando los valores en los pasillos, seguro que nadie se olvida.
Recordando los valores en los pasillos, seguro que nadie se olvida.
  • Familias: son parte de la comunidad del centro. Participan mucho de las actividades cotidianas. Como ellos dicen, son todos una gran familia. De hecho, en la visita pudimos ver una entrega de material escolar a las familias. Fue una gran fiesta donde familia, profesorado, estudiantes y voluntarios del barrio celebraban el inicio de curso con música y comida. La ilusión que había en el ambiente fue una inyección de adrenalina. A la salida vemos un cartel que dice: “Parents, what are you reading with your child tonight?”.

Con la máxima de “team always beats individual” el proyecto KIPP sigue su camino. Tienen una gran perspectiva de crecimiento, y esperan llegar en los próximos años a la increíble cifra de 100.000 estudiantes.

Desde Sociedad de la Innovación seguimos rastreando los proyectos más disruptivos del mundo educativo para inspiraros, y ver que una mejor educación, más innovadora y efectiva, es posible.

¡Contacta con nosotros si deseas saber más!

 

Héctor Gardó

Licenciado en Ciencias Políticas y Master en Gestión Pública en la UAB. Siempre vinculado al mundo educativo. Ha estado en el ámbito público como técnico del Departamento de Enseñanza, en el privado como consultor de negocios y en un centro educativo como docente en Dinamarca. Ahora como consultor de Innovación Abierta desarrolla proyectos de educación y emprendimiento en diversos niveles (secundaria, FP y univertario). Profesor de gestión de las organizaciones en la UAB.

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