Uno de los cuellos de botella de todo proceso de innovación se encuentra entre las fases de ideación y las de desarrollo de producto o prototipado. Como Responsable de Innovación, líder de una unidad de negocio o CEO, no quieres gastar tiempo ni dinero en desarrollar un nuevo producto o servicio que al final nadie vaya a utilizar. Y tu solución se encuentra en el Mínimo Producto Viable (MVP: Minimum Viable Product, en sus siglas en inglés): ¿sabes cómo convertir una idea inicial en el mejor MVP posible?
En efecto, para avanzar en el proceso de innovación, tu filosofía general debe ser: “Sal del edificio, y habla con tus futuros clientes”. Pero recordando que hay una gran diferencia entre lo que dicen los usuarios, y lo que realmente hacen. Por eso es muy distinto entrevistar a futuros clientes potenciales, que entregar un producto con funcionalidades y ver en directo qué es lo que ocurre.
Pero claro, tú no tienes un producto todavía, y realmente no sabes cómo podrás llegar a tenerlo nunca: “¿Cómo pasar de una idea a un producto tangible?”.
Eric Ries lo explica muy bien en su libro Lean Startup: a través de un Mínimo Producto Viable, un nuevo producto que tiene las mínimas funcionalidades (y no más) necesarias para entregar el servicio, el bien y el valor deseado a los primeros clientes, y que nos permitirá aprender al máximo de los futuros clientes, con el mínimo esfuerzo.
¿Qué tipo de mínimo producto viable puedo elaborar para mi producto / servicio?
Y en esto nos centraremos hoy: utilizaremos los conceptos y ejemplos de Eric Ries en Lean Startup, de menor a mayor inversión necesaria.
Espero que así puedas encontrar, entre el siguiente abanico de posibilidades, la versión que mejor se adapte a tu idea, propuesta de valor y usuario final objetivo:
1. Página web
Es tan sencillo como crear una landing page que comunique tu propuesta de valor de forma clara, rápida y ágil. Es útil para identificar el atractivo potencial que pueda tener tu propuesta.
Lo ideal es crear la página lo más rápidamente posible, y hacerla:
- Sencilla y limpia.
- Visible en la red a través de una campaña con Google AdWords.
- Que incorpore un servicio de chat online en directo para resolución de dudas acerca del servicio ofrecido.
- Incluir también un servicio de encuesta para conocer la opinión e interés de los usuarios que nos han visitado (como por ejemplo, a través de Qualaroo).
- Además, evidentemente, no podremos olvidar Google Analytics para identificar el volumen del tráfico generado, así como el origen.
- Puedes incluir también un formulario de suscripción para cuando el servicio esté disponible. Una declaración de intenciones de los usuarios: “quiero vuestro producto cuando esté disponible”.
2. Vídeo explicativo
Se trata de hacer lo mismo que en el primer punto, pero añadiendo un vídeo explicativo publicado en Hacker News. Por ejemplo, Dropbox empezó de esta forma. Eso les permitió alcanzar la cifra de 75.000 suscriptores antes de empezar. Sigue la conversación que mantuvieron aquí para decidir el “claim” del vídeo, en 2007.
También me encanta la historia de Dollar Shave Club, y el vídeo es divertidísimo:
Y si crees que no vas a poder hacer un vídeo tú sólo, te recomiendo VideoScribe, ¡inténtalo!.
En cualquier caso, tanto la primera como esta segunda aproximación al MVP deberían ir acompañadas siempre de campañas en redes sociales, para identificar el interés potencial:
3. App funcional
El mercado está lleno de aplicaciones móviles que a su vez nos permiten crear aplicaciones móviles, sin necesidad de saber programar. Si tu proyecto se basa en la movilidad, tendrás que acostumbrarte a trabajar con ellas. Pruébalas y decide cuál se adapta mejor a tu forma de trabajar y a la idea que tienes de MVP. Pep nos habló en su día de POP APP, y hay más opciones: Invision, Marvelapp, Justinmind…
4. Estrategia del “Mago de Oz”
Este tipo de estrategia de desarrollo de MVPs se basa en crear un “front-end” (de cara al cliente) que nos permita aparentar que el producto y servicio ya están funcionando al 100%, aunque por detrás (back end), se deban realizar todavía procesos manuales y no integrados todavía al 100% en la cadena de suministro del nuevo producto o servicio. Es decir, es un producto o servicio que es entregable al momento, pero que no es escalable: no se puede hacer grande, en la forma en la que está estructurado actualmente.
Por ejemplo: Zappos, la tienda online de zapatos, no empezó con un stock de centenares de zapatos. Lo único que hizo fue crear cientos de imágenes de las zapaterías con las que cerró acuerdos, y las subió a la página web. Cuando alguien compraba alguno de los zapatos en la tienda, luego iba al zapatero, las compraba, empaquetaba y enviaba.
Era un MVP en el sentido que creó el servicio, pero éste no era escalable, funcionando de la manera en que estaba configurado en esa fecha.
5. “Estrategia del conserje”
Esto es, crear el servicio mientras lo estás ofreciendo, junto con tus usuarios.
La filosofía de este Mínimo Producto Viable es la de dar a los clientes el tratamiento VIP de forma gratuita, a cambio de feedback. A cambio de ser gratuito al inicio, el cliente acepta que el servicio se cree a medida que vayan aprendiendo de la experiencia.
Es el ejemplo de Food on The Table, ahora Meal Planning, un servicio que proporciona a los clientes un plan de compra y de alimentación (recetas) semanal, basado en tus gustos y en los descuentos disponibles esa semana en los supermercados.
Empezaron identificando clientes puntuales que estarían interesados en este servicio, y una vez los identificaron, y fueron creando las listas semanales en base a las necesidades que fueron capaces de identificar. Fueron añadiendo procesos automatizados a medida que el servicio manual se iba haciendo ingobernable, hasta que llego el punto en que los algoritmos, sistemas de búsqueda y envíos de las recetas ya fueron completamente informatizados.
6. Estrategia “Piecemeal MVP”
Igual que el anterior, pero en lugar de hacerlo de forma manual, dispones ya de alguna herramienta que te permite automatizar el servicio desde el primer momento.
Es la estrategia que utilizó Groupon, un servicio de cupones de descuento que te hace llegar ofertas de servicios a mejores precios de los habituales, creando inicialmente un blog con WordPress, y enviando pdf’s con los descuentos a los que se suscribían al servicio.
También, por ejemplo, en Induct estamos a punto de lanzar un módulo de reconocimiento de competencias P2P. Utilizamos herramientas disponibles en nuestra plataforma para activar las funcionalidades deseadas e ir valorando su potencial adopción entre nuestros clientes.
¿Estás interesado en construir una verdadera cultura de colaboración en tu empresa, dando la posibilidad a los trabajadores de que valoren y opinen sobre el trabajo realizado por los demás? Contáctanos y te lo contamos (aplicando la estrategia 1, ¿os habéis fijado?) 😉
7. Campaña de crowdfunding
Estrategia de sobras conocida, una de las herramientas de prototipado más utilizadas en la última época. Pep ya nos habló de ello hace un tiempo. Uno de los beneficios de esta aproximación es que más allá de identificar el interés potencial de los usuarios, conseguirás (si tienes éxito) la financiación necesaria para desarrollar las funcionalidades mínimas que necesitas. Sí, la mayoría de proyectos en crowdfunding no están desarrollados todavía. Para eso sirven.
Esta es la campaña que obtuvo mayor éxito el año pasado (20 millones de USD): un smartphone que no es de Apple.
8. Una única funcionalidad
Más allá de crear tu página web, aplica el valor de la simplicidad, y crea realmente un producto básico con una única funcionalidad.
El año 2007, Brian Chesky y Joe Gebbia querían empezar un negocio, y no tenían dinero ni para pagar su alquiler. Durante aquellos días, se celebraba una conferencia sobre diseño en la ciudad, y decidieron alquiler su apartamento a personas que fueran a ir a la conferencia. Para ello, crearon una web simple en la que los interesados podían reservar la casa y realizar el pago. Colgaron imágenes de su apartamento para hacerlo más amigable. Y consiguieron 3 clientes. Ese día nació Airbnb.
El mínimo producto viable: tu mejor aliado para innovar con éxito.
No quemes el dinero que tienes, en desarrollar algo que nadie comprará. Corrobora antes que la necesidad del cliente que has identificado es real, y que la solución que proponer es ideal. Lo que llamamos la hipótesis. Para Zappos, la hipótesis era que las personas serían capaces y se atreverían a comprar zapatos online. Para Airbnb, dormir en casa de otros en lugar de en hoteles. Para Dropbox, guardar documentos en la nube en lugar de nuestros discos duros.
Así que sé creativo y piensa en qué es lo mínimo que necesitas crear para identificar realmente si hay clientes interesados: selecciona cuál es tu MVP óptimo, y crea el plan adecuado para ejecutarlo.
El MVP es el mínimo producto que necesitas para salir al mercado a realizar un test real. Y es tu solución para pasar de una idea inicial y superficial a una realidad tangible que te permita tomar decisiones adecuadas.
¿Tienes algún ejemplo inspirador de Mínimo Producto Viable que quieras compartir con nuestra comunidad? ¡Lo estaremos esperando!
Y si quieres saber más sobre el Mínimo Producto Viable, te recomendamos los siguientes artículos:
Miguel
16 mayo, 2016 at 08:43Buenos días, por si es de vuestro interés os dejo url de mi blog donde escribo de metodologías ágiles para emprender y para innovar: http://advenio.es
Así como la url de http://edvdesign.com para diseñar y validar modelos de negocio. Espero os resulte de utilidad 😉
Saludos!