Hemos hablado mucho en este blog de la importancia de las preguntas en el proceso de innovación, un proceso de cuestionamiento y de exploración, más que un proceso de creatividad. Por eso se habla tanto de los retos de innovación para design thinking. ¿Qué son? ¿Cómo los identifico? ¿Cómo los elaboro y cómo los puedo resolver con éxito? Son preguntas que sea plantea todo Responsable de Innovación. En este post encontrarás todo lo que necesitas saber sobre los retos de innovación, como elemento clave para empezar con buen pie un proceso de innovación basado en el design thinking.
Llevo años trabajando en procesos de innovación. Los que nos seguís desde hace tiempo lo sabéis: desde el principio hemos creído en la necesidad de establecer foco, objetivos claros, a este tipo de procesos. Demasiadas veces se crean ideas sin un fin claro. Hay que evitarlo si no queremos matar la innovación antes de empezar.
A lo largo del tiempo, hemos ido confirmando la efectividad de crear retos de innovación en estos procesos. También la necesidad de implicar a los equipos de innovación en la generación de los mismos. No es bueno que un reto lo creen “otros” (dirección) y éstos vengan a ti (trabajador) para que tú hagas su trabajo. Los retos de innovación, es conocido, son necesarios para mantener a los trabajadores motivados e implicados (gracias Ferran por la referencia).
Más tarde, la experiencia en múltiples organizaciones, así como expertos como Carlos Osorio a través de Deusto Business School me han ido confirmando de la necesidad de invertir con los equipos de innovación gran part del proceso de innovación trabajando sobre el reto. Lo de las ideas y los prototipos acaba viniendo sólo, si tienes la pregunta adecuada. He llegado a un punto en el cual he entendido que un valor principal de los procesos de innovación es el de intentar retrasar la generación de ideas al máximo, luchando contra nuestra propia naturaleza como humanos egocéntricos, esto es, proponer soluciones desde el primer momento (“sabelotodos” que somos).
El proceso de innovación basado en el design thinking es un proceso de cuestionamiento, no de ideación, por eso nos encanta utilizar esta frase en nuestros talleres:
Empecemos por lo básico…
Los retos de innovación son problemas para las cuales se necesita y se busca activamente soluciones creativas que permitan resolverlos. En general, los retos de innovación se mueven en entornos de incertidumbre, es decir, el grado de conocimiento adquirido alrededor del problema es reducido, o muy elevado hasta llegar a un punto de saturación a partir del cual es necesario buscar nuevas vías para solucionarlo.
Existen muchas tipologías distintas de retos (ver un resumen en la imagen inferior). En caso de que te encuentres ante un reto puramente técnico y muy complejo, existen plataformas globales como Innocentive en las que miles de científicos estarán encantados de participar en la resolución del reto (por una buena suma de dinero, claro). En caso de que busques soluciones tecnológicas, puedes organizar hackathons o crear incubadoras corporativas (ver cómo hacerlo en este post que publiqué aquí hace un tiempo) para atraer a programadores emprendedores en busca de empresas que patrocinen sus capacidades.
Pero si tu empresa u organización está empezando con esto de la innovación, recomiendo empezar siempre creando cultura interna. Así, lo más fácil es que te encuentres con la necesidad de elaborar y lanzar retos a un grupo de profesionales dentro de tu organización, o fuera de ella, pero que en cualquier caso no son expertos en tecnología, ciencia, programación, energía…
En estos casos, los procesos de design thinking son la respuesta. Será necesario que pienses en retos que toquen muy de cerca al usuario final (interno o externo), incluso la parte más emocional. También retos de negocio, servicio o producto, no puramente técnicos. O retos que recaen en el ámbito propio de la compañía como, por ejemplo, cómo hacer más rápido el proceso de distribución alimentaria de la granja a la mesa.
Lo bueno es que éstos son los retos que más empatía necesitan (y todos la podemos practicar), y además son los retos donde residen más probabilidades de innovación disruptiva.
No existe una única manera de elaborar un reto de innovación. Igual que no existe una única forma de innovar en una empresa, ni de emprender un negocio. Os recomiendo leer este artículo de Xavier Camps, que nos ofrece 5 pasos para elaborar un buen reto de innovación.
Si como Responsable de Innovación tienes que sistematizar la generación de retos de innovación, yo te recomiendo que formalices una serie de pasos internos para identificar retos de forma sistemática, los siguientes 4 pasos:
Si eres capaz de poner en marcha estas actividades, te será muy fácil implicar a unidades de negocio y demás áreas en la identificación de oportunidades de innovación, para luego convertirlas en retos que alguna de estas unidades quiera patrocinar (es decir, poner recursos para solucionar el reto, claro). Y, además, podrás convertirlo en un proceso más o menos formal a lo largo del tiempo.
Los retos tienen forma de pregunta. Generalmente empiezan por un CÓMO, porque se trata de buscar nuevas formas para conseguir “algo” concreto. Si tu pregunta tiene la siguiente composición, buena señal:
Tomo prestado conocimiento de Carlos Osorio, con alguna adaptación, derivada de la experiencia de ir creando retos de innovación durante los últimos 5 años. ¿Carlos, qué te parece?
Estos son ejemplos de titulares de algunos de los retos con los que en SDLI hemos trabajado en el pasado:
¿Fácil, verdad? Un momento, esto acaba de empezar.
Ya hemos dicho que es necesario dar foco al reto. Para lo cual deberemos concretar la pregunta que queramos plantear. Si no queremos un elevadísimo noise-to-signal ratio: esto es, mucho ruido, pero pocas nueces, en cuanto a propuestas de innovación se refiere. Recomiendo incluir siempre:
Os recomendamos trabajar con el modelo Challenge Generator que hace un tiempo construimos con Pep Orellana en SDLI:
Pero… ¡Ay! Cuantas veces nos encontramos con retos que son en realidad proyectos encubiertos. Es normal, porque todos nosotros tendemos en pensar soluciones, antes que en retos abiertos.
Os voy a poner un ejemplo:
En el primer planteamiento, la solución es única. Unos cuantos programadores propondrán soluciones técnicas diferentes, y estas se probarán con usuarios. Pero sólo participarán programadores.
En el segundo planteamiento, las soluciones pueden consistir en apps, pero también en actividades, procesos y servicios asistenciales, wearables… tenemos margen para empatizar con el usuario y ver qué tipo de solución se adapta mejor a sus necesidades.
En definitiva, para saber si tienes un reto y no un proyecto, consulta este checklist que hemos preparado en SDLI:
Bien, estamos seguros de que tenemos un reto, y no una idea o proyecto. Vamos a lanzarlo al conjunto de la organización internamente. Pero… ¿estamos seguros de que estamos ante un “buen” reto?
Hagamos antes un último checklist…
Si no cumplimos más de dos de estos 6 puntos, ¡será necesario replantear el reto elaborado!
Antes de acabar con el post de hoy: una de las primeras preguntas que me plantean los equipos de innovadores, una vez entendido el concepto de reto de innovación, es: ¿cómo encuentro un reto de innovación?
Pues bien, las organizaciones, públicas o privadas, vivís (vivimos) rodeadas de posibles retos de innovación. Es fácil encontrarlos e identificarlos. Las siguientes son posibles fuentes de retos de innovación:
¿Qué os ha parecido? ¿Tenéis alguna mejora que podáis recomendar para nuestros lectores innovadores?
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