Mindshakers de la historia es una serie de artículos sobre líderes que han transformado la gestión de los equipos y mejorado los procesos de trabajo, a lo largo del tiempo. Estas historias cuentan cómo se ha alejado lo establecido para mejorar la forma de trabajo de las personas y los negocios. En Mindshakers de la historia, conoceréis distintos profesionales que han demostrado que el management puede ser más humano, divertido y alentador de lo que parece, logrando romper con las ideas prestablecidas y hundiendo unos cuantos mitos sobre lo que significa el trabajo en nuestra sociedad. Hoy, en 5 fantásticas lecciones de liderazgo, hablamos de uno de los líderes de empresa que se ha convertido en referente para muchos, Yvon Chouinard, fundador de Patagonia. “Lo más divertido del mundo de los negocios es romper sus reglas”. No podríamos estar más de acuerdo. ¡Empezamos!
Patagonia, de ser una pequeña tienda para amigos, a convertirse en una empresa líder de productos textiles para deportes de exterior en todo el mundo.
Patagonia es una compañía americana, de más de 50 años de historia, que fabrica y vende material y ropa de deportes de exterior, originalmente alpinismo. En sus inicios como emprendedor, Chouinard Equipment vendía pitones para escalar, y se enfrentó a un reto. Los pitones que había en el mercado se clavaban a martillazos en la roca y la dañaban. Con el objetivo personal de evitar este impacto sobre el medio natural, reducir los desechos que se generaban y promover la reutilización de los productos de alpinismo, Yvon Chouinard mejoró el producto. Aprendió, de forma autodidacta, a fabricar unos pitones más resistentes por sí mismos y de menor impacto para la roca. En muy poco tiempo, sus productos se convirtieron en los más populares entre los escaladores del Parque Natural de Yosemite, lo que permitió a la compañía, hacer crecer y diversificar los distintos productos que ofrecía a sus exigentes clientes.
Pero para aquel entonces, Chouinard ya había entendido que los pitones, que representaban el 70% de sus ventas, no eran la solución, y pasó a fabricar tascones. Para usar estos elementos de escalada, no era necesario agujerear la roca, sino que, era suficiente con introducirlos en las fisuras de ésta, causando mucho menos daño a la pared.
La empresa dio un paso adelante con la transformación del negocio hacia el sector textil. Una transformación que se produjo después de un viaje a Escocia en los años 70. En este viaje, Chouinard, se inspiró en los polos de rugby: su robustez, los colores, la forma del cuello, etc. para mejorar el atuendo del escalador americano, hasta entonces de color gris básico.
Y así es como un alpinista y herrero autodidacta, funda Patagonia y acaba creando la empresa líder global de productos textiles para deportes de exterior.
Pero si algo hay que destacar de él, es su estilo de liderazgo. Y es que, pocos como Chouinard, representan mejor la capacidad de transformar los negocios hacia un modelo de empresa, mucho más humano que el que ha propuesto el capitalismo, desde la revolución industrial hasta la crisis financiera de 2007.
Os lo resumo en estas 5 lecciones que nos guiarán por la biografía de Chouinard: desde la primera etapa de los nuevos pitones y tascones de Chouinard Equipment, hasta una marca reconocida a nivel global, líder en su sector, como Patagonia, capaz de crear una brand religion a su alrededor.
Antes de seguir con las 5 lecciones, os recomendamos el libro “Let them go surfing” recientemente reeditado, en el 10º aniversario de su publicación. Un libro imprescindible para todo aquel interesado/a en el liderazgo innovador, auténtico, humanista y enfocado a la transformación social, más que a una aspiración de negocio.
“Los Donald Trump y Jack Welch del mundo no son admirados por nadie, más que por otros hombres de negocios con los mismos valores. Nacemos con la aspiración de ser bombero o médico, yo quería ser cazador. Nunca queremos ser hombres de negocios como ellos.”
Si algo demuestra Chouinard, es que uno puede hacer de su pasión (el alpinismo), su modo de vida y que puedes convertirte en tu cliente más crítico, cuando se siente tal pasión por algo.
Chouinard es la demostración de que no hay que ser un hombre de negocios para tener éxito en los negocios. Incluso, es posible alcanzar el éxito, renegando de ser un hombre de negocios. “Nunca quise ser un hombre de negocios, es lo último que nadie quisiera ser. Pero sencillamente, tenía ideas de mejora. Veía formas de hacer las cosas mejor. Y así es como quedé atrapado en la etiqueta de hombre de negocios… Lo he tenido que ir aceptando.”
Si de algo se enorgullece Chouinard, es de contratar a personas que consideraba sus amigos en los inicios y buscar la forma de resolver los problemas a los que se enfrentan las empresas cada día. De hecho, esta es una premisa con la que siempre ha trabajado: facilitar el desarrollo profesional de sus amigos en Patagonia.
Siguiendo esta filosofía, se convirtió en una de las primeras compañías en Estados Unidos (sino la primera), que abrió una guardería corporativa, con profesores y actividades dentro y fuera de sus instalaciones. Esta iniciativa permitió a los padres compartir tiempo con sus hijos, en las pausas y descansos y en los trayectos de ida y vuelta del trabajo.
Como resultado, Patagonia está orgullosa de mantener un 100% de retención de sus trabajadoras madres, claramente superior al 80% de media en Estados Unidos.
El valor principal de Patagonia es la calidad de sus productos. Son caros, pero están bien hechos, se pueden reparar y son sostenibles: “Siempre hemos pensado que la clave de nuestro éxito es haber sido una compañía orientada al producto y su calidad. Y esto nos hace únicos”.
Conferencia en 2008 por Chouinard: The Education of a Reluctant Businessman with Yvon Chouinard
Durante la crisis de los años 90, Yvon Chouinard tuvo que despedir a decenas de trabajadores, que también eran amigos suyos. Se sintió responsable y confesó que había sido muy duro hacerlo.
Chouinard, se dio cuenta de que la compañía no era sostenible, desde el punto de vista medio ambiental y de que habían caído en “la trampa del crecimiento obstinado”. En ese momento, los miembros del Comité de Dirección se fueron a la Patagonia real, en Argentina, y se preguntaron: “¿Por qué estamos en este negocio, si ninguno de nosotros quiere hacer negocio?”.
De la reunión surgió la respuesta a su duda: “Estamos aquí para hacer el mejor producto del mundo”. Pero entendiendo que esta diferencia se atribuye a la calidad del producto, como sostenibilidad, no como diseño.
“Si pones una prenda de Armani en la lavadora, ¿qué le va a ocurrir?”. Esa es la respuesta de Patagonia, el mejor producto para nuestros clientes.
Patagonia encontró su propósito de empresa, que se resume de la siguiente manera:
“Build the best product, cause no unnecessary harm, use business to inspire and implement solutions to the environmental crisis.”
Por cierto, recientemente lo han modificado, siendo todavía más radicales:
“We’re in business to save our home planet.”
Y desde hace varias décadas, Patagonia ha demostrado, a través del liderazgo de Chouinard, que las cosas se consiguen a través de una visión sostenible de su actividad, pensando en la sociedad y el planeta en el modo de hacer negocios. Es un ejemplo, su iniciativa Don’t buy this jacket, que fomenta la reutilización y el reciclaje de los productos. Esta propuesta, evita que se compre un producto nuevo en tienda cuando no sea necesario. La empresa pone a disposición de sus clientes, un servicio de reparación gratuito que trata de arreglar todos los productos antiguos para darle un nuevo uso. Con esta filosofía de trabajo, Chouinard se ha convertido en uno de los principales críticos del capitalismo: “Nada de lo que hacemos en los negocios es sostenible”.
Un buen líder debe saber ceder la toma de decisiones. Esta es una buena muestra de confianza, un aspecto clave para crear entornos de trabajo en los que las personas puedan crecer y desarrollarse. Desde 1984, Patagonia ha tenido oficinas horizontales y abiertas, dispone de cafetería con comida vegetariana, ofrece horarios y trabajos flexibles, compartidos entre trabajadores. El propio Yvon Chouinard se toma tiempo (meses) de descanso durante el año, en el que no puedes contactar con él. Aunque la empresa se queme, el equipo no le llama. “¿Qué podría hacer yo?”, dice su director. Y es que, Chouinard, es consecuentemente un defensor de dar la mayor libertad a los trabajadores. Ese es el sentido del “déjalos ir a surfear” que explica en su último libro Let my people go surfing. Cuenta su autor que, para aplicar esta filosofía, “sólo debes contratar personas responsables, ¡y asegurarte que no todos hagan surf!”
El éxito de la autonomía del trabajador es contar con personas responsables, energéticas, independientes, a las que ofrecer la posibilidad de autoorganizarse para pasar el mayor tiempo posible con sus familias y disfrutando de su tiempo libre. “Si responden a este perfil, harán el trabajo, y a mí me da igual cuándo y desde dónde lo hagan”.
Todo esto es Yvon Chouinard. Un líder único en el mundo de los negocios, que ha alcanzado el éxito con una filosofía que, evidentemente, parte de una ambición personal de excelencia, ser y hacer todo lo que te propongas, de la mejor manera posible.
De hecho, todas las decisiones las ha tomado pensando a 100 años vista, en lugar de analizar los resultados a corto plazo. ¿Cómo cambiarían tus decisiones del día a día si lo hicieras en este marco mental?
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